Águila Imperial: El águila española (Aquila adalberti)

El águila imperial es también conocida como águila imperial ibérica, águila española o águila imperial blanca. Igual que el águila real ibérica, es una de las aves más características de España. Su nombre científico es Aquila adalberti, un derivado del nombre Adalberto, príncipe Adalberto de Baviera. Por esta razón, también es llamada el Águila de Adalberto.

Rostro del águila imperial

Características

El águila imperial ibérica tiene un dorso de color marrón muy oscuro. Posee unos hombros blanquecinos en contraste con la nuca y los lados de la cabeza, que tienen tonos más pálidos y, en algunos casos, dorados.

Las alas del águila imperial son largas y rectangulares. Además, tiene una cola larga pero estrecha y predominante de color marrón pálido. De hecho, durante el vuelo del águila imperial ibérica la cola está casi siempre cerrada destacando ante todo los hombros blancos.

Águila imperial (Aquila Adalberti) en pleno vuelo.

Las más juveniles tienen un plumaje de color marrón más pálido o rojizo, que se vuelve amarillo «pajizo» con el paso del tiempo. Las sucesivas mudas dan paso a un plumaje en mosaico o «damero» en el que los tonos pardos oscuros se alternan con tonos pajizos, hasta que a los cinco años alcanzan el plumaje adulto.

La envergadura del águila imperial es de hasta dos metros y 20 centímetros mientras que el tamaño del águila imperial sin las alas extendidas es de aproximadamente 80 centímetros con un peso aproximado de 3 kg en fase adulta.

En consecuencia, es considerada una de las águilas más grandes de todo el planeta junto al águila arpía y el águila marcial.

La denominada Aquila Adalberti es una separación de la especie denominada águila imperial oriental, que habita por el centro y la zona Oriental de toda Europa. Aunque son muy similares, destaca como principal diferencia la coloración, siendo la del águila imperial española de un marrón mucho más claro.

Hay 367 parejas de ejemplares aproximadamente, aunque la población es más o menos estable. No obstante, el águila imperial ibérica está en peligro de extinción al estar declarada como una situación vulnerable debido a sus bajas cifras.

Hábitat

El águila imperial vive en zonas con vegetación muy variada, zonas llanas con abundante matorral y árboles dispersos.

Águila imperial volando

La denominada águila española se sitúa en la zona central y sur de España con 121 en Castilla-La Mancha, 52 en Extremadura, 69 en Andalucía, 46 en Castilla y León y 79 en Madrid.

A pesar de que los números globales son bastantes estables, los datos por comunidades varían rápidamente en el tiempo por lo que se recomienda usar estos datos como estimación aproximada.

El águila imperial es una especie endémica de la Península Ibérica y estrechamente relacionada con el bosque mediterráneo. Las parejas más jóvenes tienden a asentarse en la periferia de los territorios de sus padres.

Sin embargo, los adultos acaparan las zonas con mejores densidades de conejos mientras que los jóvenes deben instalarse en zonas donde hay menor número.

Alimentación y caza

El águila imperial se alimenta de conejos, ardillas o liebres, aunque también captura reptiles y aves tales como el ánsar común, palomas, urracas, perdices o incluso flamencos en áreas más húmedas. Como casi todas las águilas, también comen carroña.

Águila imperial (Aquila Adalberti) de frente.

El águila imperial caza normalmente en zonas abiertas y puede matar a sus presas en tan solo unos segundos. De hecho, con su pico y afiladas garras son capaces de matar mamíferos de tamaño muy grande respecto al suyo, como por ejemplo, zorros rojos.

Su forma de cazar son grandes caídas en picado desde el cielo a gran altura, unidas a estrategias de sigilo y acecho.

La falta de presas en su hábitat, especialmente de conejos, está provocando que el Aquila Adalberti se acerque más a carreteras y lugares urbanos, con el peligro que ello conlleva para el ave rapaz.

Nido

El nido del águila imperial está construido con palos y se coloca siempre en un árbol. De hecho, a diferencia de otras especies de águilas, rara vez construyen sus nidos sobre una torre eléctrica, evitando también los acantilados por completo.

Reproducción

La temporada de cría del águila imperial comienza en Febrero y se reproduce entre febrero y marzo con una puesta anual de 1 a 4 huevos.

Águila imperial posada en una roca

De igual forma que la mayoría de las águilas, las parejas son monógamas y tienen un tamaño de territorio promedio de 52 km².

Este patrón territorial dificulta la recuperación de esta especie tan amenazada, ya que los nuevos territorios suelen ser escasos en la principal presa de la especie, el conejo. La hembra incuba los huevos durante unos 40 días mientras que el macho rara vez se hace cargo de la incubación.

Más tarde, después de la eclosión ocurre el siblicidio (donde el polluelo mayor y más fuerte mata al más joven). De hecho, la competencia entre hermanos resulta en el 57% de todas las muertes de polluelos.

Por último, la cría tarda entre 70 y 85 días aproximadamente en salir a cazar y volar. Tras ese tiempo, siguen con sus padres durante 3 a 6 semanas hasta que los abandonan definitivamente para hacer su vida, buscar pareja y continuar el ciclo de la vida.

Situación en Madrid

La comunidad de Madrid abarca gran parte de la población del águila imperial blanca con 85 parejas observadas en 2023.

Por esto, es frecuente ver al águila imperial nidificando en encinas de la zona sureste de Madrid, en medio de olivares y cultivos, donde tienen una alta disponibilidad de presas. Es más, una de las actividades desarrolladas por la comunidad de Madrid es el seguimiento de polluelos nacidos en esta región. De esta forma estudian su comportamiento, sus hábitos alimenticios, mortalidad, entre otras cuestiones que sirvan de ayuda para la recuperación de la especie.

Águila imperial volando (Aquila Adalberti)

La Comunidad de Madrid se encuentra esperanzada y aún sabedora de que queda mucho trabajo por hacer, los números les dan la razón. Como consecuencia, cada vez hay más parejas reproductoras ibéricas en dicha comunidad.

El aumento de este número de parejas es debido a la redistribución de conejos y liebres en la comunidad, su principal presa.

Las áreas de reproducción se encuentran en el centro y suroeste de Madrid. Por lo tanto, es infrecuente ver estos ejemplares en la zona centro excepto algunos ejemplares solitarios en sus dormideros por las zonas de Torote, en la Campiña del Henares.

Situación en Doñana

En Andalucía, la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta tiene en marcha hasta 10 planes de recuperación y conservación de animales en riesgo de extinción.

Las políticas de recuperación del águila imperial en Doñana, impulsadas por la Junta de Andalucía con el apoyo de la Fundación Santander, están permitiendo afianzar poco a poco la presencia de la especie.

Por esta razón, solo en los años 2015 y 2016 se localizaron en el Parque Nacional 9 parejas de águilas, con una cría total de 15 pollos. En consecuencia, actualmente, el número de parejas se mantiene estable con tendencia a la alza, duplicando las especies de hace 6 años.

Del mismo modo que en Madrid, la recuperación de la población de conejos ha impulsado la llegada y la reproducción de nuevas parejas de águilas. Por esa razón, se han hecho aportes de alimentación como suplemento para ayudar al éxito en la reproducción y se han extendido las especies a nuevos territorios.

Situación en Málaga

Uno de los lugares más característicos donde puede ser vista el águila imperial es la provincia de Málaga, en la que se asienta sin presencia fija.

En realidad, son observadas en la Serranía de Ronda, en diferentes basureros y comederos de buitres y en las zonas forestales mejor conservadas, como Gran Sendero. De manera similar, en otoño, también se han observado ejemplares en la Sierra de Alpujata en Mijas.

Estado de conservación

El águila imperial está en peligro de extinción debido a la existencia de menos de 800 ejemplares. Sin embargo, las políticas de conservación de la Comunidad de Madrid así como las de Andalucía, están revitalizando la población que va en ascenso lento, pero progresivo.