Águila Marcial (Polemaetus bellicosus)
El águila marcial es una de las águilas más grandes y exclusivas de África. Comparte este título con el águila coronada y el águila cafre. La vista del águila marcial es una de las mejores de toda la familia Accipitridae, y es que pueden ver a sus presas hasta a 6 km de distancia.
Características
El águila marcial tiene la cabeza, la garganta y la parte superior del pecho de los adultos de un marrón chocolate oscuro. Este color marrón contrasta con las partes inferiores del ave, que son de un blanco brillante y están salpicadas de manchas marrones.
El águila marcial es un gran ave de presa bastante impresionante, destaca su vuelo por los cielos con sus gran alas anchas y oscuras.
Los adultos tienen ojos amarillos y penetrantes. Si bien los águilas marciales machos y hembras adultas tienen los mismos patrones de plumaje y coloración, las hembras de esta especie son notablemente más grandes que los machos.
Esto se llama dimorfismo sexual y es común en muchas aves rapaces, pero es particularmente pronunciado en estas águilas. El Águila Marcial es un maestro en vuelo por lo que suele pasar mucho tiempo volando por el cielo a grandes alturas.
Como muchas aves rapaces, estas águilas son los principales depredadores: cazan a otros animales para alimentarse, pero ningún animal los caza de forma regular. Para la mayoría de las águilas marciales, su única amenaza son los humanos.
Los principales depredadores, como el águila marcial, juegan un papel importante en la naturaleza al ayudar a controlar las poblaciones de animales de presa y mantener un equilibrio en los ecosistemas donde viven.
Hábitat
El águila marcial se encuentra en más de 40 países del áfrica subsahariana: Angola, Ghana Namibia, Benin, Botswana, Burkina Faso, Etiopía, Tanzania, Kenia, Ruanda, Malawi, Mozambique, Senegal, Sudáfrica, Uganda y Zimbabwe.
El águila marcial habita normalmente en pastizales abiertos con grandes árboles.
También se puede encontrar en áreas cubiertas de matorrales, más áridas, así como en sabanas boscosas o bosques ribereños. Se suele situar y posar las en copas de los árboles más altos.
Otro lugar donde encontrar estas aves es en la cima de las torres de energía. La construcción de estas estructuras ha permitido que este águila se mueva hacia algunas áreas desprovistas de árboles.
Alimentación y caza
El águila marcial se alimenta de gallinas de Guinea, francolines, avutardas, flamencos, cálaos, polluelos de avestruz, lagartos monitores, monos, mangostas, antílopes, liebres e hiracoideos.
También se ha documentado que ocasionalmente se alimenta de ganado, principalmente corderos, lechones y cabritos. No está claro cuánto ganado matan estas águilas cada año, especialmente porque se sabe que hurgan en la basura y, en muchos casos, es probable que se aprovechen de encontrar animales de granja muertos, en lugar de matarlos directamente.
El águila marcial para cazar utiliza sus pies fuertes y garras afiladas y así atrapar mamíferos, aves y reptiles de tamaño mediano. De hecho, este poderoso cazador emplea una diversa gama de tácticas de caza para atrapar a su presa.
Además, una de sus técnicas más utilizadas y características es la de cazar volando. Cuando ve a un animal moviéndose debajo, se cierne sobre su cabeza y golpea a su presa después de una profunda inclinación denominada zambullida.
Cortejo
La hembra y el macho del águila marcial realizan demostraciones sencillas de cortejo, como dar vueltas en el cielo o localizarse entre sí desde ramas o árboles.
Nido
Las águilas marciales construyen su nido con palos grandes y a menudo lo recubren con hojas verdes. Su nido puede medir entre 2 y 5 metros de ancho con 60 centímetros de profundidad.
Los nidos se construyen en la bifurcación de un gran árbol. En áreas con pocos o ningún árbol, pueden anidar en las repisas de los acantilados o, en algunas áreas, en postes y torres de alta tensión. Estas águilas son bastante territoriales y algunas parejas han mantenido el mismo territorio durante varios años.
Reproducción
La hembra del águila marcial generalmente pone solo un huevo durante la reproducción. Aunque los investigadores han descubierto que, a veces, pone hasta dos huevos, y como en la mayoría de las águilas, solo sobrevive un polluelo.
Una vez que la hembra pone el huevo, debe incubarse durante unos 50 días. Mientras que la hembra realiza la mayor parte de la incubación, el macho ayuda de vez en cuando, lo que permite que la hembra se mueva y se alimente.
Finalmente, al nacer, el aguilucho marcial está cubierto con plumas esponjosas. No obstante, aunque sus partes superiores están cubiertas de plumón gris oscuro , sus partes inferiores son blancas.
A medida que crece, requerirá mucho cuidado por parte de sus padres. El macho hará la mayor parte de la caza durante las primeras siete semanas de vida del polluelo, dejando a la hembra con la responsabilidad de alimentar y proteger a sus crías.
Después de casi dos meses, la hembra comenzará a aventurarse más lejos del nido y comenzará a cazar para proporcionar alimento también a los jóvenes águilas marciales.
Durante los próximos meses, el aguilucho se desarrollará rápidamente y, después de unos 100 días, estará listo para emplumar o volar por primera vez. Incluso después de volar, seguirá dependiendo de sus padres, que le enseñarán a cazar y a evitar el peligro.
Permanecerá en el territorio de sus padres durante 8 a 12 meses antes de dispersarse y empezar a buscar su propia pareja.
Estado de conservación
El águila marcial está en peligro de extinción ya que se enfrenta a múltiples y graves amenazas. Una de las mayores amenazas a las que se enfrenta es la pérdida de hábitat. Muchos de los árboles grandes que utilizan para anidar se están talando y su hábitat se está convirtiendo en campos agrícolas donde están siendo envenenadas.
Los ganaderos a menudo amarran una vaca, oveja u otro cebo muertas con venenos altamente tóxicos en un intento de matar chacales, leones, hienas y otros depredadores que temen que puedan atacar a su ganado.
Debido a que estas águilas se alimentan de cadáveres y carroña, muchas de ellas mueren después de ingerir estos venenos, que también son responsables de la muerte de muchos otros animales, incluidos los buitres y las cigüeñas.
Muchos agricultores disparan a estas águilas porque temen que las águilas maten a su ganado. Otras amenazas incluyen electrocución en postes eléctricos y colisiones con líneas eléctricas.
Lamentablemente, todas estas amenazas ponen en gran riesgo a la población de las águilas marciales.