El joven fotógrafo aficionado de 28 años, Daniel Velasco, nacido en Castejón, Navarra, ha podido fotografiar a escasos metros a un águila real y a su aguilucho en el Hide de Monegros, España. Él nos cuenta la emocionante experiencia y la vida de la denominada y emblemática águila dorada en primera persona.
La fotografía y visión desde un Hide
Un “escondite”, comúnmente conocido con la palabra inglesa “hide” consiste habitualmente en una caseta de madera situada a ras de suelo, o junto a posaderos. Allí, tras un cristal espía se puede observar la naturaleza en primera persona ya que, en ese lugar, se sitúa la comida y la bebida de multitud de animales y aves.
Debido a la condición del «hide», el fotógrafo o cualquier persona aficionada puede vivir una experiencia inolvidable viendo la esencia de los seres vivos desde un cercano punto de vista, sin que el animal se sienta observado ni alterado en su día a día.
El azar en la fotografía de aves y animales
La fotografía de la naturaleza tiene un componente aleatorio, incierto y tremendamente fortuito. Por esta razón, hay días en que, a pesar de estar largas horas, apenas consigues unas cuantas buenas tomas.
Al contrario, en ocasiones nada más encender la cámara, algún ave o animal parece posar para ti como si de una sesión fotográfica se tratara.
Ese día no fue una excepción en lo que al azar se refiere ya que, debido a los cazadores y tractores de la zona apenas había podido alcanzar unas pocas aves.
Sin embargo, después de comer, alrededor de las cuatro de la tarde empezó a cambiar la suerte. Así, pequeñas palomas, zorzales y otras aves empezaron a hacer aparición por la zona, hasta que de repente… como un regalo del cielo apareció ella, ante mis estupefactos ojos: Un águila real ibérica adulta, hermosa e imponente.
El emblemático y majestuoso águila real
Los adjetivos de emblemática y majestuosa siempre son sinónimos del águila real. En realidad, en comparación con otros tipos de águilas, la denominada águila dorada no destaca en colorido o plumaje, siendo un brillante marrón el principal baño de sus plumas.
Sin embargo, el poderío, gran tamaño, fuerza y grandes garras le otorgan una situación de depredador superior en la naturaleza. De hecho, cabe destacar que el águila real una vez alcanza la madurez sexual, no puede ser cazada por ningún otro animal en la naturaleza.
Fotografiando y observando la vida del águila real
En nuestro escondite de Monegros, a escasos tres metros de distancia y con los nervios a flor de piel, comencé a realizar las fotos que podéis ver en el artículo.
Y es que, no solo pude fotografiar al catalogado Chrysaetos homeyeri comiendo o bebiendo, sino que pude verlo como disfrutaba plácidamente de un baño de agua. Con todo esto, sus plumas empezaron a mojarse, dándole un aspecto si cabe más brillante y reluciente al ave rapaz.
Seguidamente, la también conocida como águila dorada empezó a mirar hacia atrás y a su alrededor, como si buscara algo. Finalmente, tras pequeños vuelos y con la inquietud que me generó su actitud, entendí lo que ocurría. De nuevo, un evento fortuito e inesperado surgió en nuestro posición: Su descendencia, un águila real juvenil apareció volando para posarse junto a su padre.
La pequeña familia del águila real en Monegros
Actualmente, y escribiendo estas palabras, aún puedo sentir la emoción que sentí en aquel momento.
Es más, la pequeña familia de águilas reales personalizada en padre e hijo parecían posar ante mi con aleteos y posiciones muy favorables para el objetivo de la cámara fotográfica.
De hecho, las águilas se acercaron tanto a nuestra posición del «hide», que hubo momentos en que no conseguía realizar un enfoque idóneo para fotografiar a las aves.
En realidad, puedo decir que tuve al águila real a menos de un metro de distancia y es que, incluso las garras del águila chocaron contra el escondite, probablemente al verse reflejada en el cristal.
La belleza y la importancia de la conservación del medio ambiente
En ocasiones, la belleza de la biodiversidad y la ecodiversidad se dan la mano y se ponen de acuerdo para mostrarnos su belleza en primera persona.
Debido al ajetreo de nuestra vida diaria, muchas veces olvidamos que no estamos solos en el mundo, sino que convivimos con multitud de especies y organismos de la naturaleza. Por esta razón, la observación desde un hide, en este caso el situado en Monegros es una excelente forma de vivir en primera persona la vida y el respeto por el medio ambiente.
En cuanto a valores y como reflexión, el día que conocí y fotografié a los majestuosos padre e hijo de águila real, recibí una importante lección de vida. Como resultado de la paciencia, tesón y constancia, estoy consiguiendo grandes fotos, experiencias y vivencias con los animales que me llenan de vida y que de ninguna otra forma podría conocer.
¡Entra en el Instagram de Dani Velasco para observar fotografías de aves y animales de todo tipo en España! Además, no te pierdas las fotografías de otros aficionados desde el hide de monegros, una buena forma de disfrutar y conocer más sobre la naturaleza.